Actualmente las ciudades ocupan menos del 2% del territorio, pero representan el 70% del producto interior bruto, consumen más del 60% de la energía a nivel global, crean el 70% de las emisiones de gas con efecto invernadero y generan el 70% de los residuos locales. Por eso, aunque ocupen una pequeña porción del territorio son un actor influyente y determinante en el escenario global.
Este fue el tema principal tratado en el Post Hàbitat III que se celebró en mayo en Barcelona donde se reunieron expertos internacionales y representantes de diversas áreas metropolitanas de todo el mundo, con el objetivo de dar forma al nuevo modelo urbano y metropolitano del futuro.
La Nueva Agenda Urbana.
Las ciudades y las áreas metropolitanas acostumbran a trabajar enfocadas sólo en sus propios objetivos. A diferencia de esto, la Nueva Agenda Urbana trata de crear un vínculo entre las agendas locales y todo lo que se está haciendo a nivel global a día de hoy. Para ello es muy importante tener en cuenta los diferentes niveles de desarrollo de las ciudades y sus respectivos modelos urbanísticos, los cuales, generalmente, son muy dispares.
Uno de los problemas de las agendas hasta hoy ha sido que con tal de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, han intentado adaptar a unos reglamentos que venían desde arriba sin tener en cuenta las características del nivel local.
Los cuatro factores a tener en cuenta en la agenda metropolitana.
- La sostenibilidad: los desafíos globales de hoy en día como el cambio climático, la movilidad, los desastres naturales, la escasez de recursos naturales, etc. se deben enfocar desde el nivel metropolitano y es muy importante adaptar las acciones a la morfología de las ciudades. Para ello también es clave que el paradigma y la mentalidad de la ciudadanía cambie y que haya un compromiso político orientado a liderar estos cambios.
- La planificación urbana y metropolitana: se deben construir áreas metropolitanas y ciudades compactas ya que así será más fácil encarar los retos y desafíos actuales. Para ello hace falta disponer de buenos datos para así desarrollar una buena planificación.
- La cohesión social: es muy necesario crear espacios de convivencia en los que la diversidad quede garantizada y también se deben democratizar los espacios públicos. Esta cohesión se debe promover desde la base, desde los barrios hacia la ciudad, lo que se llama un desarrollo bottom-up.
- El desarrollo local y la competitividad económica: es muy importante obtener los recursos y aprovechar al máximo los activos de las áreas metropolitanas. También es necesario adaptarse a los cambios económicos y en el coste de vida debidos a los efectos del turismo y la economía informal. Así como luchar contra la desocupación, garantizar la seguridad y atenuar los efectos económicos que los conflictos globales han podido crear a nivel urbano.
Conclusiones del Post Hàbitat III.
Fueron cuatro las principales conclusiones que se sacaron de la edición de este año del Post Hàbitat III.
- Hace falta adaptar las propuestas de la nueva agenda urbana a una escala metropolitana: reivindicar el derecho de la ciudad metropolitana.
- Es necesario desarrollar una gobernanza metropolitana compartida, con las competencias y las financiaciones adecuadas, así como presencia internacional y reconocimiento político internacional y nacional.
- Hace falta crear un espacio metropolitano que sea apropiado para la ciudadanía como espacio de logro de sus derechos básicos, construido de manera inclusiva.
- Es imprescindible generar la solidaridad metropolitana para evitar que haya ciudadanos de primera y segunda categoría en el territorio metropolitano.
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