Barcelona tiene 172 kilómetros de infraestructura ciclista construida o en ejecución que funcionará al 100% al final de año.
La ciudad de Barcelona tiene como objetivo desplegar una infraestructura completa, conectada y en buenas condiciones, para que resulte útil para todos los ciudadanos y conviva con el resto de modos de transporte, incluyendo los desplazamientos a pie.
A día de hoy podemos encontrar en la ciudad 152 km de carriles bici o vías pedaleables, 20 km en construcción y 61 km en proyecto.
La nueva infraestructura ciclista.
El criterio de construcción consiste en crear ejes pedaleables en forma de red, de mar a montaña y de Llobregat a Besòs, con la intención de crear recorridos seguros para poder llegar a cualquier lugar sobre las dos ruedas. Esta red, estará compuesta por todo tipo de vías: bidireccionales, unidireccionales, zonas pacificadas, zonas a 30, etc., pero siempre dando prioridad a la bicicleta.
Según remarca la regidora de Movilidad, Mercedes Vidal «queremos una infraestructura ciclista completa y conectada que sea útil, dé servicio a toda la ciudad y garantice la seguridad para todas los medios de transporte».
Para construir cualquier carril bici, previamente se analiza el espacio paso por paso y se adapta cada tramo a las necesidades que puedan tener los vecinos y también se tienen en cuenta sus aportaciones.
Entre todas las últimas actuaciones, una de las más destacables es el desdoblamiento del eje de las calles París y Londres, donde el previo carril bidireccional se ha transformado en dos carriles unidireccionales: uno en sentido Besòs y el otro en sentido Llobregat respectivamente. Ambos están protegidos con los separadores Zebra de Zicla.
Nuevo espacio para los carriles bici.
Todos los carriles que se construyen ahora, tienen lugar en la calzada y se segregan del tráfico rodado, para garantizar los desplazamientos seguros y cómodos, así como la convivencia con el resto de modos de transporte.
Al colocar el carril bici en la calzada también se evitará que los peatones invadan el carril bici y al mismo tiempo que las bicis invadan la acera, un espacio que hay que devolver por completo al peatón para evitar que se sienta amenazado.
A todas estas modificaciones hay que añadir las siguientes novedades en forma de mejora: las zonas avanzadas para bicicletas en los semáforos, conocidos como chaflanes para bicicletas; los cruces entre carriles pensados como zona de protección y de acceso exclusivo de bicicletas; y los carriles bici inscritos, o carriles bici unidireccionales en sentido contrario a la circulación en zonas a 30.
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