La construcción de nuevos carriles bici genera un efecto llamada que hace aumentar el número de ciudadanos que usan la bicicleta no sólo en las calles donde se encuentran estos carriles sino en toda la ciudad. Éste es una de las principales conclusiones que muestra un estudio recientemente publicado sobre la movilidad ciclista en las ciudades europeas. (Provisional COVID-19 infrastructure induces large, rapid increases in cycling -Sebastian Kraus and Nicolas Koch).
De acuerdo con este estudio, la situación creada por la COVID-19 y la aparición de carriles bici temporales en muchas ciudades del mundo (pop-up bike lanes) ha creado una situación única que ha permitido obtener datos que permiten afirmar que en aquellas ciudades que construyeron este tipo de infraestructuras, el uso de la bicicleta ha aumentado entre un 11 % y un 48% con relación al periodo previo al estallido de la pandemia. El estudio se ha basado en el recuento diario de bicicletas de 736 contadores ubicados en 106 ciudades europeas. En estas ciudades, en un periodo de cuatro meses, se construyó un promedio de 11,5 km de carriles bici provisionales. El estudio no sólo cuantifica el aumento en la movilidad ciclista, sino que también se adentra en los beneficios económicos y sobre la salud que ha tenido la construcción de estos carriles bici.
0 comentarios