La forma en la que nos movemos en las ciudades ha cambiado y con ella también las opciones de movilidad que ofrece la ciudad. Hoy en día se comparte todo, desde el coche hasta la bici.
Los vehículos compartidos.
Los servicios de vehículos compartidos tratan dos de los desafíos más importantes a los que se enfrentan las ciudades a día de hoy: movilidad y sostenibilidad. Actualmente, las ciudades ofrecen una gran variedad de opciones para que los ciudadanos no tengan la necesidad de adquirir un vehículo privado o para que puedan dejarlo en casa, al mismo tiempo que sus necesidades en lo que se refiere a la movilidad queden cubiertas. Los coches privados están parados el 95% del tiempo, por lo que el servicio de coches compartidos aparece como una alternativa interesante frente a éstos.
Se ha comprobado que los «millennials» representan el 50% de los usuarios de los servicios de coches compartidos. Para este grupo generacional, el coche que sus padres asociaban a la libertad, significa una carga que les dificulta moverse libremente por la ciudad.
Las nuevas generaciones entienden la movilidad como un servicio, valoran su tiempo, la tecnología y apuestan por un modelo de sociedad más sostenible. Pero aún y así, no son los únicos que han querido unirse a este tipo de movilidad. La edad media de los usuarios de estos servicios es de 36 años, de los cuales el 70% son hombres.
Las ciudades del futuro.
Estamos en un punto de inflexión, caminamos hacia un concepto de ciudad diferente, mucho más sostenible y vivible, y dedicada a los ciudadanos, donde las personas tengan un mayor protagonismo que los vehículos privados, algo que hasta ahora no sucedía.
Esto no significa que los vehículos privados vayan a desaparecer pero a día de hoy el coche particular no da respuestas a todas las necesidades de los ciudadanos, así que en un futuro próximo esta idea de entender el coche privado como base de la movilidad irá mutando.
Sigue siendo fundamental que el transporte público colectivo siga existiendo para mover millones de personas cada día, especialmente para esos viajes diarios o rutinarios, pero a partir de ahí tiene que haber otras opciones para moverse. Y también es esencial que poco a poco se le devuelva su espacio al peatón.
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