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La transición de la Unión Europea hacia una economía circular.

16 Oct, 2017 | Economía circular, Opinión | 0 Comentarios

Alfredo Balmaceda / ZICLA

Desde la revolución industrial acaecida en el siglo XIX hasta nuestros días el modelo lineal de extraer – consumir – tirar ha sido el dominante en nuestra economía. Este modelo basado en el falso concepto de que los recursos del planeta son infinitos ha causado y está causando un deterioro grave del medio ambiente y sin duda compromete las posibilidades de las generaciones futuras.

En los últimos años se ha avanzado hacia un nuevo modelo económico conocido como economía circular, también llamada espiral, definido originalmente por la Fundación Ellen MacArthur, como «un sistema económico e industrial que toma como punto de partida la reutilización de productos y materias primas y la resiliencia de los recursos naturales, minimiza la destrucción de valor a través de todo el sistema y se esfuerza por la creación de valor en cada parte del sistema”.

La economía circular es mucho más que no generar residuos o reciclar los que se generan, se trata además de reducir el consumo de materias primas, diseñar productos de tal manera que puedan ser fácilmente desmontados y reutilizados, prolongar la vida útil de los productos mediante el mantenimiento y la reparación, y por supuesto obtener materias primas a partir de los residuos.

La economía circular favorece que el valor de los productos y materiales se mantenga durante un tiempo más largo y gracias a esta premisa, tanto la generación como el uso de los recursos se reducen al mínimo y se consigue que los recursos utilizados se conserven dentro de la economía una vez que llegan al final de su vida útil, con el fin de impulsar su reutilización y, de ese modo, seguir creando valor.

El paquete de economía circular de la UE.

Se ha realizado una apuesta clara para impulsar la economía circular en la Unión Europea y prueba de ello es el Paquete de Economía Circular presentado por la Comisión Europea en 2015 que cataliza la transición hacia este nuevo modelo de economía en los países que la integran. Sin embargo, la transición a una economía circular plantea un desafío para cualquier país o región y requiere una adaptación a la situación específica de cada uno de ellos, y por ende avanza a distintas velocidades.  Mientras que hay países y regiones que tienen estrategias claras dedicadas a desarrollar la economía circular de forma global, otros países tienen políticas que sólo impulsan y desarrollan elementos específicos de una economía circular pero que no ofrecen una estrategia global.

Debido a su complejidad y novedad, actualmente no existe una metodología contrastada para la puesta en práctica de una economía circular en un territorio. En consecuencia, el intercambio de conocimientos entre las diversas partes interesadas es de suma importancia.

economía circular en la unión europeaRecientemente, el Grupo de trabajo sobre economía circular de la Red EEAC (European Environment and Sustainable Development Advisory Councils (EEAC)) ha publicado un documento que tiene como objetivo contribuir al proceso de intercambio de conocimientos, no sólo proporcionando actualizaciones concisas sobre la aplicación de una economía circular (incluyendo ejemplos a nivel europeo, nacional y regional) sino también compartiendo información sobre el papel y las opiniones de los consejos miembros de la Red EEAC sobre la implementación de una economía circular en su respectivo país o región.

La economía circular en la Unión Europea a distintas velocidades.

El grado de evolución de la transición hacia una economía circular en la Unión Europea depende de una serie de factores que trascienden los temas ambientales y están relacionados con el grado de compromiso de cada país o región con la economía circular pero también con su nivel de desarrollo.

Los países y regiones de la UE que tienen estrategias claras dedicadas a desarrollar la economía circular de forma global son los siguientes:

  • Países Bajos: han planteado un enfoque global; el gobierno holandés se ha comprometido con la economía circular de manera holística y a largo plazo creando una estrategia para ello.
  • Francia, Cataluña y Flandes han planteado un enfoque estratégico general a largo plazo.
  • Los gobiernos federales de Bélgica y Alemania han optado por otros tipos de iniciativas a más corto plazo mediante el lanzamiento de políticas dedicadas a apoyar la implementación de una economía circular en 2019/2020.

Si bien los seis países y regiones mencionados anteriormente tienen estrategias específicas y globales para una economía circular, otros países tienen políticas que apoyan elementos específicos de una economía circular pero que no ofrecen una estrategia global e integrada en una economía circular como tal. Este es el caso en Irlanda y Hungría, por ejemplo.

Tampoco coinciden en el tiempo las estrategias planteadas en los distintos países y regiones:

  • Flandes, Francia y Países Bajos han definido su horizonte entre 2030 y 2050.
  • Cataluña plantea un periodo de cinco años comprendido entre 2020-2025.
  • Bélgica también ha definido un ámbito a corto plazo, con el horizonte de 2019 para poner en marcha sus iniciativas políticas relacionadas con la economía circular.
  • El programa alemán es también a corto plazo, ya que se revisa cada cuatro años (2012, 2016, etc.).

Conclusiones.

A distintas velocidades, con objetivos más o menos ambiciosos, lo cierto que algo se mueve en el campo de la economía circular en la Unión Europea que hará que en las próximas décadas el modelo económico y de producción conocido hasta ahora cambie de manera formidable. El potencial de la transición a una economía circular en la Unión Europea es inmenso y se espera que cree nuevas oportunidades: menor dependencia de materias primas importadas, y nuevos modelos de ingresos económicos y menor carga ambiental sobre los recursos disponibles.

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