II edición del Encuentro Internacional de Economía Circular en Donostia.
-20 Ene, 2020
A día de hoy los embalses de Cataluña se encuentran en situación de prealerta (al 44% de sus capacidades) y se prevé que la situación empeore si la escasez de lluvias perdura.
Esta situación ha hecho que las alarmas salten y por eso se están buscando formas alternativas de abastecimiento. Ante esto, la Agencia de Catalana de l’Àigua (ACA) y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) han acordado impulsar el uso del ciclo de regeneración del agua al completo cuando se entre en fase de excepcionalidad por sequía, es decir, cuando el nivel de las reservas en las cuencas internas de Cataluña se encuentren al 25%. Sin embargo, cuando se llegue al 40%, ya empezarán las limitaciones, por ejemplo: para el riego urbano, fuentes ornamentales, llenado de piscinas, lavado de calles y aceras, etc.
Según Javier Santos, responsable de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) del Baix Llobregat “el mejor recurso sería la lluvia porque es una solución natural, pero la regeneración es una buena alternativa para paliar la sequía porque es la más eficiente y sostenible”.
El sistema consiste en cerrar el ciclo: los caudales que se recogen mediante el alcantarillado llegarán a la EDAR de Llobregat y allí se les aplicará el primer tratamiento. Además de la limpieza habitual se les aplicará un proceso conocido como terciario que consiste en una desinfección, una ultrafiltración, una línea de fangos y una ósmosis inversa. Con este tratamiento, el agua obtenida será de muy buena calidad, según Santos.
Eloi Badia, el Vicepresidente de Medio Ambiente de la AMB asegura que “con este agua podremos dar de beber a una población cercana al millón de habitantes, lo que equivale al 25% de la demanda de la AMB”.
Aigües de Barcelona considera que podría merecer la pena que la regeneración de aguas fuera una opción permanente, ya que según Santos, es la mejor alternativa para aprovechar un recurso valioso y a la vez, garantizar el suministro de agua potable.
La Agencia Catalana del Agua financió entre 2005 y 2008 un proyecto realizado por Zicla y la Universidad Politécnica de Cataluña que permitió demostrar la viabilidad técnica y económica de la aplicación de los lodos secos de las depuradoras urbanas en la fabricación de hormigones en masa y prefabricados.