II edición del Encuentro Internacional de Economía Circular en Donostia.
-20 Ene, 2020
Barcelona tiene 172 kilómetros de infraestructura ciclista construida o en ejecución que funcionará al 100% al final de año.
La ciudad de Barcelona tiene como objetivo desplegar una infraestructura completa, conectada y en buenas condiciones, para que resulte útil para todos los ciudadanos y conviva con el resto de modos de transporte, incluyendo los desplazamientos a pie.
A día de hoy podemos encontrar en la ciudad 152 km de carriles bici o vías pedaleables, 20 km en construcción y 61 km en proyecto.
El criterio de construcción consiste en crear ejes pedaleables en forma de red, de mar a montaña y de Llobregat a Besòs, con la intención de crear recorridos seguros para poder llegar a cualquier lugar sobre las dos ruedas. Esta red, estará compuesta por todo tipo de vías: bidireccionales, unidireccionales, zonas pacificadas, zonas a 30, etc., pero siempre dando prioridad a la bicicleta.
Según remarca la regidora de Movilidad, Mercedes Vidal “queremos una infraestructura ciclista completa y conectada que sea útil, dé servicio a toda la ciudad y garantice la seguridad para todas los medios de transporte”.
Para construir cualquier carril bici, previamente se analiza el espacio paso por paso y se adapta cada tramo a las necesidades que puedan tener los vecinos y también se tienen en cuenta sus aportaciones.
Entre todas las últimas actuaciones, una de las más destacables es el desdoblamiento del eje de las calles París y Londres, donde el previo carril bidireccional se ha transformado en dos carriles unidireccionales: uno en sentido Besòs y el otro en sentido Llobregat respectivamente. Ambos están protegidos con los separadores Zebra de Zicla.
Todos los carriles que se construyen ahora, tienen lugar en la calzada y se segregan del tráfico rodado, para garantizar los desplazamientos seguros y cómodos, así como la convivencia con el resto de modos de transporte.
Al colocar el carril bici en la calzada también se evitará que los peatones invadan el carril bici y al mismo tiempo que las bicis invadan la acera, un espacio que hay que devolver por completo al peatón para evitar que se sienta amenazado.
A todas estas modificaciones hay que añadir las siguientes novedades en forma de mejora: las zonas avanzadas para bicicletas en los semáforos, conocidos como chaflanes para bicicletas; los cruces entre carriles pensados como zona de protección y de acceso exclusivo de bicicletas; y los carriles bici inscritos, o carriles bici unidireccionales en sentido contrario a la circulación en zonas a 30.