La oferta de transporte público en Barcelona ha aumentado al inicio del curso 2018/2019, ahora solo falta que la demanda siga la misma trayectoria.
Autobuses.
La capital catalana se encuentra a punto de llegar al fin de la implantación de la red ortogonal de autobuses. La malla de 28 líneas verticales, horizontales y en diagonal progresivamente ha ido sustituyendo a las antiguas líneas que seguían los trazados del antiguo tranvía.
A día de hoy ya están operativos 23 autobuses de «altas prestaciones», según la TMB, que se caracterizan por su elevada frecuencia de paso y está previsto que se implanten las cinco líneas restantes durante el próximo otoño. A falta de estas cinco líneas, esta red ortogonal transporta actualmente al 53% del pasaje diario de bus.
Esta infraestructura es la responsable de que en el último año el bus registrase los mejores números de la última década.
Metro.
El metro se encuentra en su mejor estado; en 2017 se superaron las 390 millones de validaciones se batió un récord.
A principios de septiembre de este año se puso en marcha la nueva línea L10 y en ella se incorporaron dos nuevas estaciones en los barrios de la Marina. Aún quedan ocho paradas más para incluir en esta línea. Y está previsto que en 2019 se abran dos paradas más en L’Hospitalet.
Además, éste también puede ser el año en el que se desatasquen las obras de la L9, se prevé que el tramo que va desde Sagrera hasta Zona Universitària estará terminado en algún momento entre 2022 y 2025.
Tranvía.
Al tranvía por la Diagonal aún se le resiste esta tendencia de desarrollo positivo, ya que pasó todos los cortes técnicos pero no logró el apoyo político necesario para salir adelante.
Vehículos alternativos.
Barcelona también inaugura el curso con más kilómetros de carril bici que nunca y cada vez con más tipos de vehículos alternativos que se unen a la bicicleta convencional, hecho que plantea a la ciudad, nuevos desafíos.
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